martes, 24 de mayo de 2016

David Leavitt - El contable hindú

Tiempo atrás, leyendo un blog interesante, encontré una reseña sobre esta novela. Me quedó en el debe hasta que un día, paseando por una librería, me lo encontré en forma casual. Decidí entonces darle una chance. Porqué me pareció tentador? En primer lugar porque las matemáticas siempre me han generado fascinación. En segundo lugar, porque está basado en una historia real.

Vayamos entonces a reseñar la novela. De que se trata? El título nos lleva a pensar que el tema principal de la novela sería Ramanjuan, célebre matemático hindú. Sin embargo la novela va un poco más allá de tratar únicamente sobre la vida de Ramanjuan. Para comenzar, el autor nos ambienta en Inglaterra, principios del siglo XX. Nos presenta a otro famoso matemático británico (G.H. Hardy) y al ambiente académico de la época. EL motivo de comenzar con Hardy es que supuestamente fue él quien "descubrió" a Ramanjuan, a partir de una carta que el hindú le escribió. Porqué digo supuestamente? Porque a mi entender, esta novela nos muestra además de la vida de estos personajes, toda una pintura del colonialismo inglés. Ramanjuan creció en la India colonial apasionado por las matemáticas, creando sus propias teorías en forma autodidacta. Pero para poder trascender y continuar, debió ser "aceptado" por los colonizadores, para lo cual debía recibir el apoyo de algún reconocido matemático inglés. Así es como Ramanjuan termina en Inglaterra, como discípulo de Hardy. Y más allá de la matemática, es interesante como lo reciben y como se debe acostumbrar a un mundo tan diferente, que le resulta doblemente frío: lo gélido del invierno y lo gélido de la gente. Como temáticas adicionales, aparecen la primera guerra mundial, la homosexualidad, la religión, etc.

En lo personal, el aspecto matemático de la novela me resulta entretenido. Presentan a Ramanjuan como un amante de los números. Una persona que busca todo tipo de particularidades en cada número que ve, relaciones que para cualquiera pasarían inadvertidas. Salvando las diferencias, siempre me gustaron los números. Desde chico presto atención a los mismos: una matrícula de un vehículo, el números de puerta de una casa, etc. Contaba mi madre que un día con cuatro años aparecí por su cuarto, le entregue un maso de cartas y solamente le dije "312". Al principio no entendía que le quería decir, pero entonces le dije que las cartas valían eran 312. Y resultó para su sorpresa que era correcto. La tarea hubiese sido más sencilla para mí si hubiese sabido en ese entonces la simple ecuación para sumar los primeros n números (n*(n+1)/2), que cuentan utilizó Gauss cuando se lo querían sacar de encima y lo mandaron sumar todos los números del 1 al 100!.

Pero volvamos a la novela. Si tengo que resumirla, se trata de una novela interesante, pero es bastante lenta. No es de esas que uno desespera por terminar, y más de una noche me generó más sueño que otra cosa. Sin embargo, al concluirla, la sensación es buena. Diría que me gustó.

Mi calificación es:



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