miércoles, 26 de abril de 2017

Carlos Ruiz Zafón - El Laberinto de los Espíritus

Con esta novela se cierra la serie "El cementerio de los libros olvidados", compuesta por:

Como indica el resumen en la contratapa de la última novela, la serie es como "un gran homenaje al mundo de los libros, al arte de narrar historias y al vínculo mágico entre la literatura y la vida". Es tal cual. Los relatos recorren bibliotecas y librerías, incluyen novelistas, editores, libreros y lectores, conectan ficción y realidad.

A mi entender, la primera novela es la que se destaca, por la calidad y por la creatividad. La idea del Cementerio de los Libros Olvidados me ha parecido brillante. La descripción del lugar, las reglas a cumplir en la primer visita, el papel del cuidador. ¿Quién no desearía conocer este lugar?.


Aprovecho para citar un fragmento de El laberinto de los espíritus, cuando Daniel Sempere le va a presentar a su hijo Julián este maravilloso lugar:

"Cada libro, cada tomo que ves, tiene alma. El alma de quien lo escribió, y el alma de quienes lo leyeron y vivieron y soñaron con él. Cada vez que un libro cambia de manos, cada vez que alguien desliza la mirada por sus páginas, su espíritu crece y se hace fuerte. Hace ya muchos años, cuando mi padre me trajo por primera vez aquí, este lugar ya era viejo. Quizá tan viejo como la misma ciudad. Nadie sabe a ciencia cierta desde cuándo existe, o quiénes lo crearon. Te diré lo que mi padre me dijo a mí. Cuando una biblioteca desaparece, cuando una librería cierra sus puertas, cuando un libro se pierde en el olvido, los que conocemos este lugar, los guardianes, nos aseguramos de que llegue aquí. En este lugar, los libros que ya nadie recuerda, los libros que se han perdido en el tiempo, viven para siempre, esperando llegar algún día a las manos de un nuevo lector, de un nuevo espíritu. En la tienda nosotros los vendemos y los compramos, pero en realidad los libros no tienen dueño. Cada libro que ves aquí ha sido el mejor amigo de alguien. Ahora sólo nos tienen a nosotros, Julián. ¿Crees que vas a poder guardar este secreto?."

Una vez que se leyó La sombra del Viento, la capacidad de sorprender del autor se pierde un poco. No por esto las novelas dejan de ser entretenidas y de buen nivel, pero mantenerse al nivel de la primera era un desafío difícil.

La segunda entrega, El juego del ángel, fue la más desconcertante. Por momentos muy oscura y tenebrosa, me dejó más interrogantes que certezas. Genera una gran ansiedad de continuar, por la necesidad imperiosa de aclarar algunos puntos.

La tercer entrega, El prisionero del cielo, calma al lector. Todo se aclara, creo que la serie pudo haberse redondeado aquí.

La cuarta entrega, El laberinto de los espíritus, fue una especie de alargue cuyo desenlace era previsible. Aparecen nuevos personajes que a mi gusto no aportan demasiado a la historia en general.

Eso si, en todos los casos el autor logra el mismo efecto: adicción. Una vez que se comienzan a leer es imposible liberarse de ellos. La lectura se hace entretenida y atrapante, no da respiro. Siempre recuerdo una frase de Poe, que dice "Durante la hora de lectura, el alma del lector está sometida a la voluntad del escritor". Pues bien, este efecto está claramente logrado por Zafón.

Hay muchos personajes, pero me gustaría destacar a la familia Sempere. Familia de libreros, que termina incluyendo un escritor. Pero más que a los Sempere, quisiera destacar la librería de la familia, que va pasando de generación en generación. Soy un apasionado de la literatura y pocas cosas disfruto más que entrar a una librería. Creo que me tomaré un tiempo más adelante para compartir que es lo que espero de una librería.

Antes de terminar, otro fragmento que me gustó. En este caso se trata de una frase de Alicia:

"La mayoría de los mortales nunca llegamos a conocer nuestro verdadero destino; simplemente somos atropellados por él. Para cuando levantamos la cabeza y lo vemos alejarse por la carretera ya es tarde, y el resto del camino lo tenemos que hacer por la cuneta de aquello que los soñadores llaman la madurez. La esperanza no es más que la fe de que ese momento no haya llegado todavía, de que acertemos a ver nuestro verdadero destino cuando se acerque y podamos saltar a bordo antes de que la oportunidad de ser nosotros mismos se desvanezca para siempre y nos condene a vivir de vacío, añorando lo que debió ser y nunca fue." 

En resumen, se trata de una serie más que recomendable. Califico en este caso la serie como conjunto y no únicamente la última entrega.

Mi calificación es:





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